Quien haya sido monitor sabe lo que supone y lo que enriquece

Al trabajar con niños nuestro primer lema es recordar que todos somos educadores, no sólo el equipo que forman profesores nativos y monitores, sino también el personal de cocina, limpieza o mantenimiento. Lo que caracteriza a nuestros monitores es que tienen experiencia y una personalidad abierta y creativa.

La gran mayoría se siguen formando una vez obtenido el título y acuden a cursos monográficos para ampliar su experiencia en actividades de ocio y tiempo libre. Otros compaginan su trabajo con estudios universitarios (generalmente vinculados a la educación o servicios sociales) y aún acabándolos siguen acudiendo cada verano al camp.

En GMR summercamps son muchos los que repiten año tras año, pero también vemos caras nuevas que traen novedades y eso nos reconforta y enriquece. Suelen ser jóvenes que desde pequeños han acudido a campamentos de verano y ven en ellos una experiencia que no quieren que otros niños se la pierdan. Con un poco de espíritu de Peter Pan pero con los pies en tierra, disfrutan organizando actividades y veladas, pero su labor no acaba ahí, el cuidado y la vigilancia del menor son su premisa y están atentos si se despiertan por la noche, si alguno tiene una rabieta, si se les olvida algo...

Los monitores saben que los niños les cogen enseguida cariño y su forma de ser, de expresarse y de actuar será una referencia para todos ellos. Por eso ponen especial cuidado en que su comportamiento sea ejemplar y disciplinado. Gozan mostrándoles que hay otras maneras de aprender a través del juego y actividades de ocio. Disponen además de un buzón con sus nombres en los que los campers les escriben sus sugerencias y felicitaciones, estas sirven para motivar aún más su labor educativa.

Un trabajo vocacional donde la creatividad es fundamental. Elegir actividades o juegos dependiendo del número de niños, de si están en la playa, en la montaña o en la sala de juegos, es para ellos su devenir diario y se esfuerzan al máximo para que todo salga según lo programado.

El camp también acoge, en algunas quincenas, a monitores en prácticas; ayudamos por tanto a jóvenes que quieren emprender un futuro dedicado a la educación de los niños, y el paso por nuestras instalaciones les sirve de experiencia para futuros trabajos.

Si alguno de ustedes se ha dedicado a la docencia o se dedica, sabrá que es inmenso el cariño por parte de cada uno de los niños como inmenso es el deseo de seguir enseñandoles. Al finalizar el campamento no sólo hay lloros entre campers sino también entre monitores que les desean lo mejor y esperan verse para el año siguiente.


DEJA TU COMENTARIO